Veronica Gonzalez | LA «ENFERMEDAD» DEL SIGLO XXI….LAS PRISAS
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LA «ENFERMEDAD» DEL SIGLO XXI….LAS PRISAS

LA «ENFERMEDAD» DEL SIGLO XXI….LAS PRISAS

Me gusta mucho mi trabajo, pero por favor que me den tiempo a escribir, al menos.

Yo soy de la generación que comenzó a traducir con máquina de escribir, sí, sí … impensable hoy en día, ¿verdad? Pero muy real para muchos de los que me leáis ahora mismo. Empezamos con la Olivetti donde había que apretar bien para hundir la tecla que llevara la letra elegida al papel. Luego con la máquina de escribir que te permitía borrar unas pocas letras. Lo difícil entonces era asegurarte bien de elegir el término adecuado y no cometer faltas de ortografía pues no podías apenas corregir. No obstante, traducíamos a buen ritmo y con unos plazos más que razonables porque, además, luego contábamos con la forma de entrega que era en papel, dado que no existía el correo electrónico, o bien, el fax que también era papel pero que enviabas por teléfono a otro destino y que llegaba en papel. Los clientes entonces contaban con esta tipología de envíos y nos dejaban trabajar y pensar; incluso, teníamos tiempo para estudiar pues no teníamos acceso a Internet sino a libros especializados que, en muchas ocasiones, estaban en las bibliotecas y allí teníamos que desplazarnos antes de empezar a traducir un determinado texto especializado o bien acudir al experto en la materia, lo que implicaba llamar por teléfono a un cirujano, un farmacéutico o un historiador, o incluso ir a visitarlo personalmente para que nos explicara una funcionalidad o aparato determinado que nos ayudara a comprender mejor el texto que debíamos traducir.

En aquel entonces, era impensable que nadie te diera 5000 palabras para traducir en 2 días, sabíamos que ello conllevaría una semana o semana y pico y estaba ampliamente asumido que una traducción requería el mismo o más tiempo que se tardaba en redactarlo en el idioma origen un determinado texto. En cambio, hoy con las nuevas tecnologías en vez de conseguir mayor libertad de movimiento hemos llegado a convertirnos en auténticos prisioneros de las mismas. Ellas, las nuevas tecnologías, nos obligan a correr,  a traducir sin apenas tener tiempo para leer lo que tenemos ante nuestros ojos pues los clientes quieren inmediatez y no les importa demasiado si el texto tiene gran calidad, solo quieren tenerlo en el plazo que se han auto impuesto bien por falta de previsión o por seguir una tendencia absurda actual que es tenerlo todo cuanto antes, ya por norma, se piden así los servicios, para muchos veces, según nos muestra la experiencia, dejar la traducción sin recoger o bien en el despacho del cliente sin leer/utilizar.

Estos son pensamientos que me vienen a la cabeza a diario porque no hay un solo día de mi jornada laboral que no venga un cliente a decirme que lo siente mucho, muchísimo …. pero que tal o cual documento ha de tenerlo traducido ya, antes casi de que yo pueda verlo. En fin, esta es la dinámica actual de los países “civilizados”. ¡Ya veremos qué plazos nos aguardan la próxima  semana!….. de momento disfrutaremos del fin de semana………si no hay urgencias de última hora. FELIZ FIN DE SEMANA.



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