¿Quién es el intérprete jurado? Es aquel traductor que posee un buen conocimiento del idioma al que traduce, además de conocer los ordenamientos jurídicos y administrativos y los sistemas legales de los dos idiomas con los que trabaja; actúa
como fedatario público y su nombramiento es expedido por el Ministerio
de Asuntos Exteriores en España. Asume plenamente la responsabilidad del
texto traducido por lo que suelen ser traducciones algo más costosas
que las normales. El traductor jurado también se llama intérprete jurado porque actúa a nivel oral, es decir, tiene competencias para traducir (interpretar) en
comisarías, juicios, notarías, etc. siempre con la garantía que respalda
la posesión del carnet de traductor jurado.
Como usuarios de la profesión de traducción jurada carecemos de información pues si queremos averiguar algo de algún intérprete jurado (IJ) hemos de acudir directamente a Madrid, ya ni siquiera en la Subdelegación del Gobierno de nuestras ciudades nos pueden informar al 100% (pues esta competencia les fue suprimida desde el año 2006). Como traductores jurados tenemos, a veces, incluso dificultades para averiguar determinados aspectos jurídicos de nuestra profesión, pues se nos dice que somos fedatarios públicos, como los notarios, pero qué nivel de prestigio tenemos. De ahí, la gran confusión que se genera, en parte, provocada por la falta de identidad de dicho profesional que se siente desamparado. Por ende, nos encontramos con desigualdades en materia de tarifas, códigos deontólogicos, seguros de responsabilidad profesional, etc.
Probablemente muchos de los que estén leyendo este artículo se pregunten por qué no un colegio profesional pues por la sencilla razón de que no todos los traductores jurados son licenciados pues las normas para acceder al examen así lo estipulan.
Deberíamos poder cambiar esta situación pero cómo, pues como todo en la vida, si existe una firme voluntad de querer cambiar las cosas, sólo hemos de actuar. No obstante, la profesión de traductor, ya no sólo del traductor jurado, está desmembrada desde que es profesión y hasta que no nos quitemos de la cabeza nuestro complejo de inferioridad y nuestros miedos por esquivar la competencia (colegas de profesión que yo veo como colaboradores y no como competencia) difícilmente saldremos de este embrollo.
Espero que, como artículo de apertura de mi blog, os guste lo que he escrito y, sobre todo, veáis las líneas de un colaborador con vistas a los demás compañeros traductores y, para usuarios, el objetivo es crear un blog donde se facilite información relevante sobre la profesión. Gracias y hasta pronto.